lunes, 2 de noviembre de 2015

Flor esquiva


Rosas negras me pediste,
Corazón ¡no pude encontrar!
no es capricho dijiste,
sin rosas, amor, no he de dar

Ojos color café esquivos, 
piel morena, imagino ansiosa
de besos y encuentros furtivos
¡ desespero por ti, vanidosa!

Llanuras camino, montañas escalé,
Ejércitos ¡ registren cada jardín!
de flor exótica, ni un pétalo encontré, 
Sueño elusivo, acepta blanco jazmín.

Camila luz











En Otoño, la estación de las hojas caídas
de los recuerdos y la melancolía
Sacudiendo corazones, transportando alegrías
un retoño dio a luz, una flor llamada Camila.

El anuncio de tu advenimiento
produjo sorpresa y desatino
Pero la luz de tus ojos, iluminó un nuevo camino,
Derribando paradigmas, cantamos todos plenos de amor tu himno.

Una melodía sinfónica nos acompaña cada día
Risas, gritos, brazos y manitas extendidas
Inundan el hogar de paz, esperanza y alegría,
Soñando que nunca te vayas, que estés aquí toda la vida.

Como todos, nosotros tus abuelos te deseamos
Que tengas una vida pletórica de felicidad y armonía
Que tus padres te inculquen valores
Para que camines segura y firme por la vida.

En tu bautismo Camila, nuestra Mensajera de Dios
Bendícenos y haznos transfusiones de tu sana risa
De tu pureza, tu dulzura y prístina alegría
Para renovar nuestros corazones y acompañarte este y todos los días.

CARTA A UNA MADRE AUSENTE

A tres días de que tu sueño se hiciera realidad,
partiste sin regreso, dejándome solo, 
con el ansiado diploma entre las manos,
aquel por el que luchaste tanto, sin podértelo ofrendar.

Voces e imágenes afloran a mi mente
no puedo ni las quiero olvidar, 
las palabras de mi padre, el llanto de mi hermana, 
todos dolidos por tu partida mamá.

Estabas en ese lecho, pálida, fría, mirando sin ver,
 tus labios mudos, tu noble corazón también;
ya no tendría tus palabras, tu cariño, tu bondad,
nacía a la vida, con solo 17 años y perdía a mi guía, mi luz, mi pan.

Ya transcurrieron 12 años de ese aciago día mamá,
hoy como siempre te recuerdo, pero de una forma muy especial
es que a mi lado tengo a una esposa, tan madre como tú mamá,
tengo también  a tus nietos, aquellos con los que soñaste, 
y que hoy no tienen la dicha y el honor de conocer a su abuelita,
porqué un día, Dios de nuestro lado te quiso arrancar.

He seguido aquel ejemplo que tu y papá me supieron dar
la humildad y el amor ante todo, lo superfluo y banal,
la pobreza material y la riqueza espiritual,
antes que las ingentes fortunas que sólo corrompen el alma
y desvirtúan al hombre en su esencia, en sí a la humanidad.

Procuraré dar a mis hijos, la educación y todo aquello que con amor me supieron enseñar
trataré de que no cometan los mismos errores,
que quizás por falta de tu luz, de tu guía, de tu pan,
pude haber cometido en esa aciaga noche que otra luz, tu hija, mi hermana, me supo rescatar.

Yo les diría a aquellos que aún tienen la dicha de tener mamá
que disfruten de todo lo que ellas pueden y saben brindar
pero fundamentalmente que las cuiden y santifiquen en vida,
que no hagan como yo, que quizás me equivoqué en eso,
o la vida no me dio la oportunidad, de ofrendarte todo por poco que fuera
mientras estabas a mi lado mamá.

Hoy en tu ausencia te evoco, quisieras que estés aquí, mamá
para ofrendarte todo lo que te mereces, y que vaya a saber por qué no te supe dar,
quisiera que estés junto a mis hijos, tus nietos
para que les contaras, toda tu vida, plena de lucha y de afán
Ay Madre ¡ daría la vida si es necesario
para que estés junto a mí, querida y añorada mamá!

CARTA A LA DISTANCIA


             

                            Tantos años hace de tu partida

de aquel viaje sin retorno

del que no sabía ni presentía,

y que tarde y bruscamente sabría.


Viajaba con la esperanza de encontrarte

pues me dijeron que estabas enfermo,

más esa mentira piadosa, en realidad fue

un duro y atroz sufrimiento.


Quería darte el último Adiós,

un cajón cerrado me lo impedía,

tu imagen difusa por la distancia

acentuaba  la agonía.


Hoy no te siento distante,

perdón pido,  es contrición sincera

por todo lo que me diste

y  no dije Gracias Viejo, siquiera


No fui tu amigo ni tu compañero,

no te comprendí ni me deje comprender

hoy que tengo mis hijos te entiendo

y se que estás conmigo y  me entiendes también.


Llegará el día  en que juntos estemos

en el mundo al que partiste un 18 de abril

por ahora guíame e  ilumina a tus nietos,

Papá,  llena el hogar  con tu risa juvenil.