Oda al Trabajador
¡Oh hombre! que de la mañana a la noche
sangre y sudor riegas
que ni la lluvia ni el viento te detiene
¡Que pobre es tu cosecha! Tú ... sólo siembras
¡Oh manos! que transforman la vid en vino
el trigo en pan, el noble árbol en mesa
mentes creadoras del bien, enemigas del arcano
porqué en tus pupilas, veo sólo tristeza.
¡Oh hombre que al alba!, a tus vástagos dejas
miras sus rostros de hiel
y piensas . . .si este es mi presente,
hijo, que futuro te espera
Y qué de aquellos que por no tener trabajo
ni un mendrugo de pan, a su pobre mesa llevan
y qué de nuestros viejos que por la Patria dieron todo,
y hoy de premio reciben, miseria e indiferencia.
Hombre, mujer hoy es tu día, en tu horizonte solo veo sombras
Dónde quedaron los tiempos,
donde tu eras Pedro, Piedra, tu trabajo
los valores un templo, los ideales no eran quimeras.
Hoy a naides le importa si la paga es pequeña
si tus hijos estudian, tu familia progresa
no vale la angustia que devora tu esencia,
ni tus labios rotos de morder . . . tanta impotencia
Importan sólo los números, si el presupuesto cierra
interesa el sistema, no tú, hombre, núcleo de la existencia.
Por eso yo te canto con mi prosa enhiesta
que habla de tus frustraciones, evoca los días de fiesta
Que tenga eco este grito
de silencios y broncas no manifiestas
a ti mi saludo fraterno, Hermano ...
¡Que pobre es tu cosecha! Tú... sólo siembras