viernes, 18 de diciembre de 2015

Sueños de navidad.

Una vez soñé con una Navidad distinta, donde las alegorías tradicionales ajenas a su espíritu, daban paso a la sensibilidad y a su primigenia esencia.

Caminaba por el centro comercial de la ciudad sin mayores obstáculos, la gente, en vez de buscar algún regalo material…

…se volcaba a los asilos de ancianos, a los hospitales públicos, a los internados de niños huérfanos, a los centros de recuperación de adictos, a las villas más pobres…

De ese modo, los “abuelos" recibían “tiempo y oídos ", los enfermos, canciones que representaban “caricias al corazón", los “niños sin cuna", experimentaban una “Nochebuena” al calor del hogar.

Los adictos, presos de una pesadilla sin fin, conocían de la existencia de “alas de libertad” de una mariposa solidaria, las zonas excluidas, foco de resentimiento social, volvían a creer que eran seres humanos y parte integrante de una sociedad.

En cada hogar, la Estrella de Belén, guiaba los pasos en busca del destino común, al pie de cada árbol navideño esperando su apertura, había paquetes que contenían ternura, paz, solidaridad, amor, esperanza...


En lo alto, en una nube que semejaba una humilde cuna de paja, un niño sonriente extendía sus brazos en señal de bendición.

Un “anciano de barba blanca” visitaba cada vivienda y en una gran bolsa recogía el odio, la soberbia, la malicia, la mezquindad, el individualismo,  arquetipos de una sociedad enferma de un placer estéril y pasajero.

Luego, desperté en medio del bullicio, largas filas de personas en los comercios, carros cargados de finas champañas, exóticas comidas y grandes paquetes con regalos de todo tipo enmarcaban el paisaje….

En el fondo de un mar oscuro y tenebroso, otro niño de grandes y brillantes ojos rojos y sonrisa maquiavélica, se restregaba las manos, al otro, al de las alturas,  copiosas lágrimas le surcaban el rostro y en forma de lluvia, inundaban el valle…

Abuelos y niños solitarios, mesas vacías, hombres y mujeres desvaídos  y con la mirada extraviada completaban el lúgubre escenario;

Hermano, Hermana, compara estos dos mundos, uno real, el que nos duele, el otro imaginario, el que debemos construir, cual de ellos colma tu alma, cual da plenitud a tu espíritu, cual de ellos el 26 de diciembre le dará sentido a tu vida.

Piensa que con tu diaria  y positiva actitud, no sólo en vísperas de fiestas,harás sonreír al Niño Divino y junto a EL reirán millones de seres humanos,sólo de ese modo podremos decir, FELIZ Y REAL NAVIDAD.-



Primer amor nunca se olvida


Primer amor nunca se olvida 
no es solo una frase hecha
es parte de una etapa de la vida
en la que todo sabía a elixir.

Citas a escondidas que olían a París
ojos mojados de amor
labios temblorosos
palpitando el beso a venir.

Largos días, eternas horas
por solo verte doblar nuestra esquina,  
levantarte en andas
gritarle al viento nuestro sentir.

Códigos secretos violaban, 
cualquier régimen gendarmeril
una mirada, un gesto  
rompía cadenas de un modo sutil. 

Cómo expresar en palabras ese aroma a jazmín,
los encuentros furtivos en la plaza, la escuela, tu casa  
tantos inventos y excusas para vernos 
y solo por instantes nuestro amor vivir.

Y de tanto luchar contra todo
un día dijiste adiós, así no podemos seguir
cada uno tomó su camino
si fue lo mejor, quien lo puede decir.

Hoy evoco esa mirada plena de amor y pregunto
qué hubiera sido de nosotros, ya nadie lo podrá decir, 
 sólo que el primer amor nunca se olvida
y no es sólo una frase hecha, es parte de un dulce existir. 

lunes, 2 de noviembre de 2015

Flor esquiva


Rosas negras me pediste,
Corazón ¡no pude encontrar!
no es capricho dijiste,
sin rosas, amor, no he de dar

Ojos color café esquivos, 
piel morena, imagino ansiosa
de besos y encuentros furtivos
¡ desespero por ti, vanidosa!

Llanuras camino, montañas escalé,
Ejércitos ¡ registren cada jardín!
de flor exótica, ni un pétalo encontré, 
Sueño elusivo, acepta blanco jazmín.

Camila luz











En Otoño, la estación de las hojas caídas
de los recuerdos y la melancolía
Sacudiendo corazones, transportando alegrías
un retoño dio a luz, una flor llamada Camila.

El anuncio de tu advenimiento
produjo sorpresa y desatino
Pero la luz de tus ojos, iluminó un nuevo camino,
Derribando paradigmas, cantamos todos plenos de amor tu himno.

Una melodía sinfónica nos acompaña cada día
Risas, gritos, brazos y manitas extendidas
Inundan el hogar de paz, esperanza y alegría,
Soñando que nunca te vayas, que estés aquí toda la vida.

Como todos, nosotros tus abuelos te deseamos
Que tengas una vida pletórica de felicidad y armonía
Que tus padres te inculquen valores
Para que camines segura y firme por la vida.

En tu bautismo Camila, nuestra Mensajera de Dios
Bendícenos y haznos transfusiones de tu sana risa
De tu pureza, tu dulzura y prístina alegría
Para renovar nuestros corazones y acompañarte este y todos los días.

CARTA A UNA MADRE AUSENTE

A tres días de que tu sueño se hiciera realidad,
partiste sin regreso, dejándome solo, 
con el ansiado diploma entre las manos,
aquel por el que luchaste tanto, sin podértelo ofrendar.

Voces e imágenes afloran a mi mente
no puedo ni las quiero olvidar, 
las palabras de mi padre, el llanto de mi hermana, 
todos dolidos por tu partida mamá.

Estabas en ese lecho, pálida, fría, mirando sin ver,
 tus labios mudos, tu noble corazón también;
ya no tendría tus palabras, tu cariño, tu bondad,
nacía a la vida, con solo 17 años y perdía a mi guía, mi luz, mi pan.

Ya transcurrieron 12 años de ese aciago día mamá,
hoy como siempre te recuerdo, pero de una forma muy especial
es que a mi lado tengo a una esposa, tan madre como tú mamá,
tengo también  a tus nietos, aquellos con los que soñaste, 
y que hoy no tienen la dicha y el honor de conocer a su abuelita,
porqué un día, Dios de nuestro lado te quiso arrancar.

He seguido aquel ejemplo que tu y papá me supieron dar
la humildad y el amor ante todo, lo superfluo y banal,
la pobreza material y la riqueza espiritual,
antes que las ingentes fortunas que sólo corrompen el alma
y desvirtúan al hombre en su esencia, en sí a la humanidad.

Procuraré dar a mis hijos, la educación y todo aquello que con amor me supieron enseñar
trataré de que no cometan los mismos errores,
que quizás por falta de tu luz, de tu guía, de tu pan,
pude haber cometido en esa aciaga noche que otra luz, tu hija, mi hermana, me supo rescatar.

Yo les diría a aquellos que aún tienen la dicha de tener mamá
que disfruten de todo lo que ellas pueden y saben brindar
pero fundamentalmente que las cuiden y santifiquen en vida,
que no hagan como yo, que quizás me equivoqué en eso,
o la vida no me dio la oportunidad, de ofrendarte todo por poco que fuera
mientras estabas a mi lado mamá.

Hoy en tu ausencia te evoco, quisieras que estés aquí, mamá
para ofrendarte todo lo que te mereces, y que vaya a saber por qué no te supe dar,
quisiera que estés junto a mis hijos, tus nietos
para que les contaras, toda tu vida, plena de lucha y de afán
Ay Madre ¡ daría la vida si es necesario
para que estés junto a mí, querida y añorada mamá!

CARTA A LA DISTANCIA


             

                            Tantos años hace de tu partida

de aquel viaje sin retorno

del que no sabía ni presentía,

y que tarde y bruscamente sabría.


Viajaba con la esperanza de encontrarte

pues me dijeron que estabas enfermo,

más esa mentira piadosa, en realidad fue

un duro y atroz sufrimiento.


Quería darte el último Adiós,

un cajón cerrado me lo impedía,

tu imagen difusa por la distancia

acentuaba  la agonía.


Hoy no te siento distante,

perdón pido,  es contrición sincera

por todo lo que me diste

y  no dije Gracias Viejo, siquiera


No fui tu amigo ni tu compañero,

no te comprendí ni me deje comprender

hoy que tengo mis hijos te entiendo

y se que estás conmigo y  me entiendes también.


Llegará el día  en que juntos estemos

en el mundo al que partiste un 18 de abril

por ahora guíame e  ilumina a tus nietos,

Papá,  llena el hogar  con tu risa juvenil.

            

miércoles, 12 de agosto de 2015

Oda al Trabajador II


El tiempo pasa, siempre ocurre, nada lo detiene. A veces pasa sin que nos demos cuenta. Al tomar contacto con la realidad, puede ocurrir que pasaron muchos días, muchas horas, sin haber hecho lo que debíamos hacer. Así pasa con mi blog, a veces le escribo, a veces no, como esos viejos enamorados insatisfechos, indecisos de su amor. Mi primera "Oda al Trabajador, fue escrita hace una década aproximadamente, publicada en este espacio un tiempo después; ahora comparto la segunda parte, esperando que ella ocupe el espacio vacío de este tiempo sin comunicación.
ODA AL TRABAJADOR II
Una década ha pasado, de aquel rebelde estertor,
donde un pregonero, gritaba su “Oda al trabajador”.
Clamaba que el laburante siembra y no recoge gran fruto de su labor, 
que mayormente la cosecha,se la queda el patrón.

A veces el Señor Estado, un avieso empresario o algún explotador
No sólo se queda con gran parte de la torta, 
sino con la ...
de mejor sabor.

Qué ha cambiado desde entonces, nadie sabe a ciencia cierta decírmelo;
los números del Indec dirán que mucho o todo, 
las mediciones privadas dirán que no, 
que quizás poco y nada cambió.

Para mi la realidad indica
que sigue habiendo trabajo en negro, pobreza y desocupación.
Es que vi niños con hambre hurgando en la basura,haciendo fila en un comedor,
algunos durmiendo en la calle,otros presos de la droga, con un agravante, 
no consumen de la "buena", fuman "paco", la basura, lo peor.

También vi abuelos morirse sin cobrar una digna jubilación,
Le llaman la década ganada, porque dicen, lograron la inclusión.
Que vayan a las orillas, a nuestra geografía interior, 
verán a los olvidados, los indignados, 
a las víctimas de una repetida inundación, 
una zaga interminable de vergüenza y desamor.

Dentro de poco habrá elecciones,
las promesas y esperanzas renuevan la ilusión,
de un pueblo desencantado por la miseria, la pérdida de valores,
la caída de la república, la inseguridad, el triunfo de la sinrazón.

No se niega las conquistas, pero con un dedo no se tapa el sol, 
ya mi voz se volvió ronca, de tanto grito pelado de dolor.
Que la nueva siembra traiga mejor cosecha,
que brille un sol nuevo, que nos una y no divida, 
requiere nuestra nación.

Que el pregonero calle por fin su voz, 
que sean eternos los laureles, que otros supieron conseguir,

coronados de justicia vivamos, 
para que no juremos de pena morir
y si morimos, lo hagamos luchando, por un mejor existir.

viernes, 22 de mayo de 2015

La enfermedad de estar ocupado

Vivimos ocupados. Te invito a la ceremonia de tal cosa. Perdona, no creo que pueda, en verdad estoy muy ocupado es la respuesta. Vivimos ocupados, el mundo está ocupado por el trabajo, las obligaciones y varios etc. No hay tiempo de los padres para con los hijos y qué hablar de estos para con los padres. Queda escaso tiempo para los amigos, pues primero están las obligaciones. Y nos estresamos y nos enfermamos, nuestros corazones se agotan y nuestras almas se mueren. El deceso del cuerpo es su consecuencia final. ¿A quienes culpar de esta sinrazón?  ¿Al capitalismo, al trabajo o simplemente a nosotros mismos?¿Qué respuestas y qué ejemplos damos a los jóvenes y niños y a nuestros sentires? La respuesta está en nosotros, dejar de cosificarnos un poco y ser más seres humanos. ¿Podremos? Comparto este post, donde habla de todo esto, en una excelente reflexión que invito a leer y aprehender.
http://alglutenbuenacara.com/2015/05/07/la-enfermedad-de-estar-ocupado/

miércoles, 20 de mayo de 2015

Capullos de Dios



Del cielo caen capullos, puros de algodón
a veces no los pedimos,
desafíos del destino
son regalos de Dios.

 Capullitos temblorosos
de ojitos cristalinos,
su llanto es un bálsamo,
su risa,  fuerza del peregrino.

 Atrás quedan los enojos
por la sorpresa y el desatino,
oídos sordos a los paradigmas,
sólo aleluyas al bambino.

Retoños  trémulos de pavor
que una rama viril han perdido,
¡coraje¡ que su tronco femenino
les dará su savia a lo largo del camino

Del cielo caen capullos,
 puros de algodón, marioneta del destino,
Madre luchas sola porque sabes,
son las huestes ...  del ejército divino.

Quizás, nada


Mirarte y no sentir nada
como si una densa niebla
lo que fuimos, ocultara,
pecados de juventud, nada.

Ni cenizas quedan
del fuego que nos quemaba
quizás el tiempo, la distancia
apagó la llama...

Quizás sólo hubo fuego
y  espejismo en nuestras almas
no hubo resina,
quizás, sólo existió la nada.

domingo, 10 de mayo de 2015

Quiero ser aquel


         

Quiero ser aquel
de la vida color “rosa”,
donde todo era canción,
y todo lo transformaba en prosa.

Quiero ser aquel
de fácil sonrisa ,
del consejo presto y los oídos abiertos,
cual flor maravillosa.

Quiero ser aquel y no puedo,
es que ya la juventud se fue,
se llevó los sueños y dejó sólo espinas,
de aquellas flores bellas .

Pero en verdad quiero ser aquel
y no quiero, algo en mi se niega
a sembrar de nuevo capullos
y recoger frescas rosas.

Si quiero ser aquel y no puedo o no quiero,
tú, cercano ser “ayúdame” a ser ESE
de la sonrisa, la canción y la prosa.

sábado, 9 de mayo de 2015

El clásico más disputado de la historia. Crónica de una pasión futbolera, de un amor maternal.

15 de octubre de 1972. Santiago del Estero. Es domingo. Los tradicionales pastelitos -empanadas fritas con agregado de papa y pasa de uva- y la sopita casera de gallina ya son historia. La tarde no da tregua, el sol y la tierra poseen lanzallamas fantasmas; la sombra de una pared refiere un oasis, es que octubre en Santiago, es como enero en cualquier otro lugar. Crsh, crsh, crsh, el dial de una vieja radio de madera, recorre el espectro tratando de encontrar la estación más audible. “Fútbol pasión de multitudes” por Radio Rivadavia. La voz del relator de América José María Muñoz da la pauta que el objetivo está cumplido. A miles de kilómetros en la lejana Buenos Aires, miles de almas  asisten a un espectáculo impresionante. La magia de la radio transporta a ese mundo imaginario y real al mismo tiempo.

El viejo Nacional daba comienzo y por unas bolillas caprichosas, se enfrentaban River Plate y Boca Juniors. Sí, en la primera fecha, se jugaba el clásico más importante del fútbol argentino en el estadio de Vélez Sarsfield.

Arrimo a la sombrita cerca de la radio para escuchar mejor, un banquito de madera hecho por mi padre. Mientras mi vieja prepara la masa para el “chipaco”,  escucho a mi viejo, como desentendiéndose del clima futbolero,  preparar sus herramientas de albañil para el día lunes. En tanto, Muñoz, pinta y contagia la fiesta: “Y ahí está Boca” dice con voz estridente. El alarido de la parcialidad xeneixe y el “Dale Bo”, “Dale Bo” resuena como telón de fondo. Como eco, los silbidos de la parcialidad millonaria, no se hacen esperar. Segundos más tarde, otro estallido: “Acá está River”,  y el “dale, dale, dale  River dale” que acalla las voces contrarias. Miles de manos agitadas, imagino, acompañan la fanfarria de gargantas. La radio vibra, mi alma de chiquilín también. Camisetas blancas cruzadas por la banda roja, desfilan por mi cabeza, ante el anuncio de la formación. “Y así forma River” recita Muñoz: Perico Pérez al Arco, Pablo Zuccarini en el lateral Derecho, Jorge Dominichi será el líbero, René Daulte el número “seis” y Raúl Giustozzi en la banda Izquierda; medio campo de memoria para J.J. López, Merlo y el Beto Alonso, en la delantera, Mastrángelo, el “Puma” Morete y “Pinino” Más. El “Vasco”Julio Eulogio Urriolabeitía dirigía al millonario. Un raro escozor recorre mi pequeño cuerpo; una sensación que aún me acompaña en cada presentación del “millo”.

Como un avezado técnico, dibujo garabatos en una cancha imaginaria, mientras se anuncia la alineación de Boca. Era fácil recordar pues las formaciones no cambiaban tanto y además conocía la de todos los equipos, pues mi padre me compraba todas las revistas Goles y El Gráfico que se editaban. “Y así forma el xeneixe” tronó la radio: En el arco Sánchez; Suñé, Mouzo, Blanco y Marzolini; Peracca, Pachamé y Potente; Ponce, Curioni y Ferrero. José Varacka, era el DT “xeneixe”.

Al minuto de juego, centro del "Pinino" Más y Ernesto "Heber" Mastrángelo abría el marcador para el “millo”. Gol, Gol Gol, relataba Muñoz y mi voz juvenil lo acompañaba con fuerza. Sonrisa ancha. El relato sólo hablaba de un equipo, River. A los nueve de esa primera etapa sobrevendría el segundo: “Centro de J. J. López,  "Pininooo" Gol, Gol, Gol; Oscar Más, de cabeza pone River 2, Boca 0. Estupor de la hinchada azul y oro, felicidad de la rojiblanca, concluía el relator. Puños apretados y grito de afirmación para aquel momento.

Boca que poseía un importante plantel, comenzó a reaccionar. 13 minutos,  “Perico” Pérez comete un tonto penal, pero penal al fin. “Va a rematar Suñe”, se escucha, mientras mi alma se estruja y mis dedos se cruzan. “Atajó Perico”, los brazos arriba. A seguir. Todo era a pedir de River. Sin embargo, promediando el primer tiempo, luego de un desborde de Ponce, Boca encontró el descuento en los pies de Curioni. Otra vez las dudas. En el minuto 42 de ese primer tiempo, la cosa empezaba a cambiar. Tiro libre de Ponce, gol de Boca; empate. El banquito comienza a cambiar de  lugar, cábalas que le dicen. 45 minutos; Potente pone la ventaja para el conjunto boquense. Insólito, e increíble, por el relato, no lo merecía River, pero Boca lo ganaba en tres ráfagas. Final del primer tiempo. Boca 3, River 2.

La fisiología, no entiende de pausas, ni de relojes, cuando llama, llama. El baño, quedaba en el fondo, cerca de la quincha, -cerca de palos entrecruzados que cierran el terreno-. Al volver García Blanco comentaba el gran repunte de Boca. 6 minutos del segundo tiempo, Potente pone el cuarto gol de Boca. Ya es casi inaudible la voz de Muñoz, un poco por el esfuerzo del grito de siete goles, otro por el volumen de la radio que bajé voluntariamente. Mi alma desgarrada da paso al llanto descontrolado. No siento los pasos, sólo una mano apoyándose en mi cabeza y aquellas palabras grabadas en mi: “No llores hijo, ya va a empatar”. ¿Habrá sido una premonición o un consuelo de una mamá boquense para su hijo millonario?

El partido continuó; a los 8 minutos, “Pinino” Más, ponía el tercero para River. La mano milagrosa de mamá, dije para mis adentros. Elevé el volumen de nuevo, la esperanza estaba en marcha. Apenas seis minutos después, la voz enronquecida de Muñoz relataba: “Gol, Gol, Gol, de River; el “Puma” Morete estampa el 4 a 4, en un partido increíble”. Salto del banquito y grito con todas mis fuerzas. De nuevo una mano se apoya sobre mi hombro y un trino maternal y entusiasta susurra: “Has visto que iba a empatar”. “Ahora van a ganar”.

El banquito ya no se mueve de su lugar, pero mi cuerpo sí, va y viene desde un extremo al otro del patio de tierra ya regado para la mateada. El olor a “chipaco” ya se percibe en el aire. Mas, yo no tengo hambre. Sigo la voz, espero la voz del final. El temor a otro gol de Boca estaba latente, pero también el del grito victorioso. 44 minutos del segundo tiempo, tiro libre para River, se escucha; me arrimo al lado de la radio y subo aún más el volumen. “Va a centrear Dominichi; pelota en el aire, la toca Mastrángelo, Moreteee, Gol, Gol, Gol de Riiveer. Un grito desaforado y una corrida por todo el patio con los puños en alto, refieren mi alegría. Me siento en el banquito para acallar emociones, pero el alma llora, mis ojos se empañan por un llanto de alegría y emoción. De pronto dos manos me zamarrean los rulos. “Has visto que iban a ganar”. 

Imágenes, voces, que me acompañan desde hace 43 años. Es el primer recuerdo vivo de mi pasión por River, como seguramente, la tendrán los de Boca con otros episodios. Esos recuerdos se irán conmigo cuando cierre los ojos y vaya al encuentro de aquella mamá “bostera” que rezó e hinchó por su hijo “millonario”. Esa voz de esperanza aunque de fútbol se trata, es aplicable a todo aspecto de la vida, ya que siempre hay que apostar a ganador,  aunque las condiciones no sean las ideales.


Dicen que este fue el superclásico más importante de la historia. Lo ganó River, lo pudo haber ganado Boca; el vaivén del amplio resultado, le otorgó hasta el momento,  esa categoría. Dicen que el ser humano puede cambiar de ideología política,  de muchos etc., pero de camiseta jamás. Sólo sé que aquella “viejita”, un 15 de octubre de 1972, cuando sólo tenía diez años, por noventa minutos, cambió su pasión deportiva, por amor a su hijo, pero su hijo jamás cambió ni cambiará esa pasión rojiblanca que se reafirmó aquella tarde calurosa de mi Santiago. Resumen superclásico 1972