miércoles, 20 de mayo de 2015

Capullos de Dios



Del cielo caen capullos, puros de algodón
a veces no los pedimos,
desafíos del destino
son regalos de Dios.

 Capullitos temblorosos
de ojitos cristalinos,
su llanto es un bálsamo,
su risa,  fuerza del peregrino.

 Atrás quedan los enojos
por la sorpresa y el desatino,
oídos sordos a los paradigmas,
sólo aleluyas al bambino.

Retoños  trémulos de pavor
que una rama viril han perdido,
¡coraje¡ que su tronco femenino
les dará su savia a lo largo del camino

Del cielo caen capullos,
 puros de algodón, marioneta del destino,
Madre luchas sola porque sabes,
son las huestes ...  del ejército divino.

Quizás, nada


Mirarte y no sentir nada
como si una densa niebla
lo que fuimos, ocultara,
pecados de juventud, nada.

Ni cenizas quedan
del fuego que nos quemaba
quizás el tiempo, la distancia
apagó la llama...

Quizás sólo hubo fuego
y  espejismo en nuestras almas
no hubo resina,
quizás, sólo existió la nada.